Cristina Lago, Vinícius D'Black, Marisa Orth
Después de pasar las casi dos horas que dura esta adaptación de Romeo y Julieta, uno acaba preguntándose qué es lo más estúpido de todo: si las delirantes canciones, las inexistentes coreografías que consisten en dos o tres chavales haciendo piruetas sin ningún tipo de coordinación, el gag con el que la trama finaliza o mi favorito: los tres raperos que
a modo de narradores explican mediocremente lo que el espectador acaba
de ver.
El film edulcora la marginación de las favelas, copia sin pudor en las
escenas en las que a priori más debería destacar -el primer encuentro
entre los amantes- y esquematiza los personajes hasta lo inimaginable:
¡qué lejos queda William Shakespeare! ¡qué lejos queda Robert Wise! Por
destacar algo positivo del film, podríamos aplaudir el diseño de
producción, aunque la favela sea pequeña, y el vestuario, aunque a
ratos los bailarines parezcan más hippies que habitantes de una favela.
En definitiva, recomendable para los que vayan a prestar más atención a
las palomitas que a la pantalla.