Blade Runner 2049

Denis Villeneuve 2017 EEUU

Blade Runner 2049: ensoñación.

Hay ciertas decisiones cinematográficas que francamente asustan. Sobre todo aquellas que ponen en riesgo auténticos emblemas del séptimo arte, obras maestras que supusieron un antes y un después en la forma de entender, hacer y difundir el cine. En 1982, parecía imposible que Ridley Scott renovase la ciencia ficción una vez más, tras haberlo hecho tres años antes con "Alien, el octavo pasajero". Sin embargo, lo consiguió. Esta vez de una forma más atmosférica, estilista y etérea, logrando crear una de las obras maestras de culto más importantes de la historia, gracias a su particular interpretación de la novela "¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?" de Philip K. Dick. Los rumores de que se iba a llevar hacia delante una secuela de "Blade Runner" llegaron en 2011 y generaron una gran multitud de preguntas: ¿Es necesario realizar una segunda parte de una película que de por sí ya es una obra maestra? ¿Está justificado continuar una obra aparentemente cerrada poniendo en riesgo su buena fama? ¿Es la secuela de Blade Runner una mera oportunidad comercial o tiene otras voluntades e intereses más a allá de los económicos?

Quizás todas esas dudas fueron las que impidieron que la película viese la luz hasta pasados seis años, una incertidumbre que solo aminoró en el momento en el que se confirmó como un proyecto sólido dirigido por Denis Villenueve, el director canadiense del momento, que venía de afianzar su carrera con exitazos de la talla de "Enemy", "Sicario", "Prisioneros" o "La llegada", habiéndole valido esta última varias nominaciones en los últimos Oscar. Al final, por muchas derivas que haya tenido el proyecto, nada ha conseguido restarle importancia y expectación, a tenor de las entusiastas reacciones previas tanto de público como de crítica.

En cuanto a la película, esta nos sitúa en 2049, 35 años después de su antecesora. Pese a haber transcurrido tres décadas, la ciudad de Los Ángeles sigue en la decadencia y la penumbra electrónica que la caracteriza. El protagonista del film es K, un Blade Runner, esta vez interpretado por Ryan Gosling, que se encarga de asesinar a los replicantes peligrosos. K intenta compaginar su trabajo con una vida aparentemente normal, encontrando consuelo -cuando lo necesita- en la compañía de su amante holográfica interpretada por Ana de Armas. Sin embargo, su relativa paz se ve perturbada por un descubrimiento que pone en peligro todo su mundo y que concierne directamente a industrias Wallace (Jared Leto), empresa sucesora de Tyrell en la creación de replicantes. Este descubrimiento está vinculado con el antiguo Blade Runner Rick Deckard (Harrison Ford) y K hará todo lo posible por encontrarle, un camino que le llevará a poner en duda sus propios orígenes.

La premisa inicial de la que parte "Blade Runner 2049" resulta bastante cautivadora y consigue sostenerse, a veces a trompicones, durante sus más de dos horas y media de metraje. Y es que esa secuela no destacará ni será recordada por ser un portento narrativo, sino más bien por ser todo un prodigio en lo formal, algo que ya todos intuíamos con los avances en forma de imágenes, tráiler y cortometrajes que constituían el principal reclamo publicitario de la película. En ese sentido, viene avalada por la belleza visual de los trabajos previos tanto de Villenueve como de su director de fotografía Roger Deakins ("Prisioneros", "Fargo", "No es país para viejos", "Skyfall"...). Sin duda, el mejor acierto de la película ha sido potenciar todo el aparato atmosférico que inspira la obra original, a través de un trabajo fotográfico y sonoro impecables.

Pero "Blade Runner 2049" arrastra un lastre desgraciadamente inevitable en este tipo de películas: las comparaciones con la obra original. Algo muy dificil de evitar, teniendo en cuenta además que no se trata de un reboot sino de una secuela. Pero el listón de la obra original es tan alto que no sería justo entrar en profundas comparaciones. Lo que sí es justo decir es que Villenueve ha sabido encauzar uno de los retos cinematográficos más importantes de los últimos años, de forma digna y elegante. De hecho, parece que le haya cogido el gusto, ya que uno de sus próximos proyectos que suenan es nada más y nada menos que una nueva adaptación cinematográfica de "Dune", el megalómano proyecto fallido de Jodorowsky, que fue rescatado por Lynch. Sin duda, es admirable y loable que en el cine se tomen estos riesgos. Y aún lo es más si los resultados son positivos, aunque no sean perfectos.

"Blade Runner 2049" es una ensoñación, una película que fantasea sobre sí misma con la esperanza de recuperar los ecos de una película que, prácticamente 35 años después, sigue haciéndonos vibrar de emoción. Pero es una digna heredera de su predecesora, ya que no traiciona sus raíces al estimular similares sensaciones en torno a la pérdida y desgaste de la humanidad. Aun así, saber si merece ser catalogada como obra maestra es algo que no incumbe ni a la crítica, ni a Villenueve, ni quien sabe si tampoco a los espectadores, pues recordemos que fue el tiempo quien puso a la obra original de 1982 en el altar de las mejores películas de la historia. Así que tocará esperar un cierto tiempo para poder entender y procesar el impacto real de lo que es ya el fenómeno cinematográfico del año.

Carlos Murcia Sánchez