Hoy hemos tenido
el inmenso placer de poder escuchar a una persona que siempre tuvo bien
claro que lo suyo era narrar, un autor que consiguió estremecer de terror
a propios y extraños con unos relatos referenciales a autores como Poe o
Lovecraft aún cuando contaba con medios muy limitados, un hombre que
realizó uno de los programas más laureados y que más tiempo fueron
emitidos en la historia de la televisión española, alguien que, en
definitiva, siempre estuvo adelantado a su tiempo; estoy hablando de
Narciso Chicho
Ibáñez Serrador, hijo del actor Narciso Ibánez Menta
y todo un referente dentro del audiovisual español.
Sentarse a escuchar a don Chicho y empezar a deleitarse es todo uno, pues
no deja de sorprender que alguien que lleva tanto tiempo en el medio,
alguien que tuvo su época fulgurante y que últimamente ha vivido apartado
del mainstream,
conserve una visión tan fresca y enérgicamente
crítica hacía el medio en el que se dio a conocer y que le catapultó a la
fama.
El primer acto del día en el que aparece es en la presentación al público
de la colección en dvd de su archifamosa serie Historias para no dormir
,
colección de relatos cortos de entre 30 y 50 minutos que comenzaron a
emitirse en televisión española allá por 1965. Es esta una obra de gran
calidad ya que, como él mismo nos confiesa, consiguió sobreponerse a la
falta de medios de la época gracias a las historias que narraban, relatos
de gran poder de atracción con reminiscencia de los clásicos del terror y
que serían la antítesis del Hitchcock efectista.
En general este acto se resume a "vender" el producto, cosa que él no
trata de disimular y al que alude con su forma pretendidamente desganada
de hablar sobre los aspectos de la edición.
Lo más destacado viene cuando asegura ante la concurrencia que gran número
de capítulos de la serie se perdieron ya que los exteriores los rodaba en
16mm al serle prohibido rodar exteriores para la televisión, con lo que
una vez emitido el capítulo (realizando los empalmes 16mm-tv en directo)
los encargados de la cadena tiraban al cubo de la basura esos metros
rodados.
Esta primera entrevista acaba con un servidor rendido a sus pies
agradeciéndole su dedicación al género, todo esto aprovechando la ocasión
que se me ofrece al ir a recoger el pack de dvd que me había ganado
respondiendo a la pregunta adecuada (gran edición en dvd, comprobado).
En fin, este primer acercamiento
sirve como preámbulo a la rueda de prensa que se celebrará en unos minutos
en la sala tramuntana 2 del hotel Melià Sitges; así pues voy raudo y veloz
para conseguir un buen sitio desde el que atender al maestro
.
Ciertamente este segundo round
es bastante más provechoso que la "mercantil" charla anterior, pues el
diálogo se centra más sobre su persona y sus proyectos pasados y futuros. Al respecto, una de las preguntas inevitables es su valoración sobre su
trayectoria al frente del programa 1,2,3, a lo que el contesta con una
categórica frase: "Me dormí diez años con el programa 1,2,3", a lo que
alega que en un principio solo se trató de hacerlo durante tres meses de
manera alimenticia pero que el éxito cosechado le arrastró y le retuvo
durante demasiado años, motivo que argumenta cuando se le pregunta por su
corta, aunque fascinante, carrera cinematográfica. De todas formas aún le
queda la coartada: "Creo fundamentalmente en la bondad de los fracasos"
cuando le preguntan que es lo que sacó de todo aquello.
Otra pregunta que estaba en el manual era la de su opinión sobre el cine
de género actual, a lo que dijo: "Lo que hace falta es imaginación en
todo", aseveración entonada que trasciende el ámbito cerrado de la
pregunta y que muestra una vez más el carácter crítico y renovador de este
artista argentino.
Acto seguido alguien le pregunta por el sentido de esta frase buscando con
ella una mayor explicación por su parte; los periodistas congregados
disfrutan escuchándole y eso se nota en sus preguntas, que tratan de
hacerle hablar largo y tendido sobre los temas propuestos.
Chicho responde a los "ruegos" y se desmarca con una nueva muestra de su
genio al inventar sobre la marcha, y con la participación de una compañera
nuestra de profesión, una inquietante historia de terror que sirve a modo
de ejemplo de lo que dijo anteriormente, que hoy en día falta imaginación.
Finalmente el incombustible Chicho
agradece la presencia de los medios a su "coloquio" (lo define así porque
dice que conferencia
suena a imposición de ideas de un locutor)
y se despide con una pequeña alusión a su historia inventada, cosa que nos
deja un pequeño regusto de intranquilidad; así es él, todo genio y figura.
Ciertamente su comparecencia ante los medios no ha defraudado y ha
demostrado una vez más que es un estupendo contertulio, cosa que se puede
entender si se atiende a una de las afirmaciones que ha hecho a lo largo
del acto, declaración que bien podría ser el titular de este artículo pero
que, a mi juicio, será su perfecto epílogo:
"Siempre me he propuesto contar
historias; es lo que he hecho toda mi vida"
Chicho Ibáñez Serrador