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Sitges 2013 cierra sus puertas

Javier Rueda

Sitges 2013 cierra sus puertas

El Festival de Sitges se despide después de una edición de gran calidad, en la línea de lo que fue la del año pasado, batiendo de nuevo records históricos de asistencia y venta de entradas. En estos diez días hemos visto literalmente de todo, desde grandes películas de grandes autores a obras "pequeñas pero matonas" de directores noveles, teniendo todas ellas el denominador común de afrontar el género desde vías menos arquetípicas de lo habitual. Sin duda, la producción cinematográfica de fantástico está plenamente influenciada por la realidad que vivimos y eso se ha notado muchísimo, si bien este año el compromiso social ha sido menos palpable que en la anterior edición, habiendo algunas obras que lo han tratado ("La danza de la realidad", "Zero Theorem", "Cheap Thrills", "Possession") pero imperando el entretenimiento y/o el nihilismo (la mayoría), mas también destacando por méritos propios una concepción elevada del arte de la representación puramente visual ("Only God Forgives", "Upstream Colors", "L'étrange couleur des larmes de ton corps")

Como siempre que hay variedad de buenas películas, el palmarés no ha podido hacer honor a muchas de ellas, por más que se agradece que este año haya sido repartido en vez de acumularse en algunas pocas producciones. Así pues, en la sección oficial, la mejor película fantástica a competición ha sido "Borgman", de Alex van Warmerdam, una de las claras candidatas de este año. Más sorprendente ha sido el premio a la mejor dirección para Navot Papushado y Aharon Keshales por "Big Bad Wolves", film que aunque no lo desmerezca si que está por debajo de otras muestras de dirección más interesantes por novedosas. La mejor interpretación femenina ha sido para Juno Temple en su magnífico papel en la floja "Magic Magic", un premio merecido por más que ha tenido muchísima competencia igual de merecedora de este reconocimiento. Por la parte masculina, el mejor intérprete ha sid Andy Lau por su entrañable papel en "Blind Detective", sin duda una buena interpretación pero que no ofrecía la variedad de registros que atesoraban otros candidatos al premio. Por su parte, el mejor guión ha sido para James Ward Byrkit, por "Coherence" (también premio Jurat Jove;  los mejores efectos especiales para la sorprendente "Afflicted", de Cliff Prowse y Derek Lee; y la mejor fotografía para el magistral trabajo de Larry Smith en "Only God Forgives". El Premio especial del jurado ha recaído en "Only Lovers Left Alive", de Jim Jarmusch, haciendo una mención para "Jodorowsky’s Dune", de Frank Pavich Mención, obra que también ha ganado el premio del público. Por su parte el mejor cortometraje de la Secció Oficial Fantàstic a Competició ha sido "The Landing", de Josh Tanner. Por su parte, la crítica ha concedido el Premio José Luis Guarner a la sobrevalorada "The Congress", de Ari Folman, siendo el Premio Citizen Kane al mejor director novel para la muy personal y atrevida "Upstream Color", de Shane Carruth.

En cuanto a las secciones de Noves Visions, el premio a la mejor película de ficción ha sido para "Halley", de Sebastián Hofmann. En No Ficció, el premio ha recaido en "Millius", de Zat Knutson y Joey Figueroa. Y el premio Petit Format ha sido para "Zoo", de Nikolas Pleskof. El premio especial del jurado ha recaído en "Gente en Sitios", de Juan Cavestany. Por su parte, el premio Noves Visions Experimenta ha sido para "Capa caída", de Santiago Alvarado, mientras que el Emergents ha sido para "Escape from Tomorrow", de Randy Moore. El resto del palmarés lo podéis consultar aquí, en donde encontraréis también la mención Phonetastic al corto "ECOS", dirigido por nuestro amigo Carlos J. Marín y en donde han participado otros muchos amigos de Aved.


En cuanto a los últimos días del festival, hemos vuelto a ver obras de todo tipo, como por ejemplo "Insidious: Chapter 2", de James Wan, la secuela de una de las grandes películas de terror de los últimos años. En ella, a medio camino entre el estilo juguetón y totalmente libre de la primera y la seriedad y el homenaje a los clásicos de su anterior "The Conjuring", el director estadounidense vuelve a incidir sobre la temáticas de las posesiones y las experiencias paranormales domésticas. Así pues, factura un film de terror que, si bien no está a la alturas de las dos precedentes, sí que ofrece suficientes novedades como para hacerla interesante, sobre todo en lo que respecta a la construcción del villano de la saga (al más puro estilo de lo que hiciera en Saw) y a la forma en que conecta diferentes situaciones acaecidas en la primera parte como resultado de acciones realizadas en esta continuación. Visualmente depurada, en donde destaca su fotografía y los maquillajes grotescos marca de la casa, "Insidious: Chapter 2" quizás no es la revolucionaria película que muchos esperaban pero sin duda aporta una buenas dosis de sustos y suspense de calidad.

No ha sido este un año en el que hayamos visto muchas películas de terror, así que después de la película de James Wan, lo más terrorífico que se ha proyectado en estos días ha sido "Afflicted" de Cliff Prowse y Derek Lee, una sorprendente propuesta independiente en donde dos amigos de vacaciones por Europa deberán afrontar la infección vampírica que sufrirá uno de ellos. En contra de lo que opueda parecer, "Afflicted" no ahonda mucho en la recreación del proceso degenerativo de la transformación, sino que sobre todo se centra en las increíbles capacidades que esto brinda al infectado. Así pues, a falta de un argumento de peso, el principal atractivo del film radica en su muy inteligente uso de unos efectos especiales brillantes en su concepción, así como en el uso de una cámara en primera persona que consigue transmitirnos la sensación de ser sobrehumanos, por más que en determinados momentos -sobre todo en su recta final- nos de la sensación de estar jugando a un videojuego. Ligera y sin pretensiones, "Afflicted" ofrece pasar un muy buen rato a la vez que propone un novedoso punto de vista para el típico relato de transformación vampírica.

De Lucky McKee vino su nueva aportación a la comedia negra más ligera y teenager, "All Cheerleaders Die", en donde un grupo de animadoras volverá de la muerte para vengar a quienes provocaron su fatal accidente. De tono comiquero, lleno de erotismo de instituto para adolescentes de sexo masculino, así como una comedia liviana que entretiene pero que no ofrece más que una o dos risas, lo nuevo de McKee no pretende ser más que un entrenimiento de media noche de esos que uno aliña con compañia coleguil, licores espirituales y todo cuanto ayude a desencajar la mandíbula. Simpática y fácilmente digerible. Los que quieran buen cine, de ese serio y riguroso, mejor que se abstengan.

Mucho más interesante fue "Interior. Leather Bar", de Travis Mathews y James Franco, una sugerente y atrevida propuesta muy dificil de encasillar. En ella, bajo la excusa de reconstruir las escenas eliminadas de "A la Caza", la polémica película de William Friedkin en donde se mostraba de manera peyorativa los ambientes homosexuales de finales de los años 70, los directores plantan un interesante juego a dos niveles: por una parte, hacer que el espectador medio se enfrente al hecho de visionar un tipo de erotismo homosexual cuyas imágenes explícitas, fácilmentre catalogables como pornográficas si carecieran de discurso, se alternan con la propia (y traumática) experiencia de uno de los actores heterosexuales que integran el reparto -trasunto del citado espectador medio- mientras que son sazonadas con diversas reflexiones que el propio James Franco expresa en torno a la libertad de expresión artítica y a la necesidad de romper tabúes sociales. Por otra parte, este supuesto documental de "cómo se hizo" plantea un muy inteligente juego en el que, sirviéndose de una narración metacinematográfica, juega constantemente con las expectativas que el espectador tiene del relato, así como con la rigurosidad con la que poco a poco "pervierte" su punto de vista inicial, ofreciendo momentos brillantes en los que respecta a su premeditada rotura con lo que sería la estructura y situaciones de un documental "normal". Un trabajo muy interesante que confirma a Franco como un actor-autor a seguir.

Una de las pequeñas joyas de estos últimos días fue "La Fille de Nulle Part", de Jean-Claude Brisseau, un precioso retrato sobre la especial relación amistad que entablan un viejo filósofo viudo y una misteriosa joven que aparece de repente en su vida. El conflicto entre estas dos personas, ambas independientes pero a la vez necesitadas de la compañía del otro, brinda a la postre un íntimo retrato de las sutilezas de las relaciones humanas, un acercamiento naturalista a la transferencia mutua de experiencias vitales y al peso del pasado y la memoria. En ella, los objetos y las citas a grandes autores parecen contener la propia esencia del personaje protagonista, quien irónicamente está empeñado durante todo el metraje en terminar un ensayo sobre lo sobrenatural. Narrada de manera naturalista y costumbrista, en determinados momentos no hace ascos en incluir determinados apuntes de fantástico, claros homenajes a diferentes películas y situaciones míticas del género que suponen una sutil ruptura de las barreras entre lo real y lo fantástico, lo literal y lo poético, convirtiendo un relato a priori rohmeriano en un sencillo, austero y elegante drama sobrenatural de tintes existencialistas.

Por último, toca hablar de una de las películas que más expectación habían levantado a priori, "The Congress", la adaptación libre que ha hecho Ari Folman de la novela "The Futurological Congress", del ruso Stanislaw Lem. Sin duda, el director israelí demuestra una vez más que lo suyo no es hacer algo "al uso", pues si el punto de partida de adaptar a Lem ya era arriesgado se le suma el hecho de que Folman mezcle imagen real y animación, todo ello con tal de poder potenciar aun más la locura surrealista de gran parte del metraje. Con una trama dificil de explicar -por críptica- y tremendamente pretenciosa en cuanto al tema que trata, las soluciones visuales por las que decanta y el riesgo al que precipita a Robin Wright Penn al hacer de sí misma, lamentablemente el film acaba naufragando en su propia propuesta, incapaz de escapar del tedio que provoca su confuso y alargado desarrollo, por más que su descabellado, exagerado y desastroso conjunto ofrezcan una experiencia tan sumamente única como para hacer recomendable su visionado, aun cuando en términos generales sea una obra catalogable de total fiasco. 

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