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Llegamos al ecuador del festival

Javier Rueda

Llegamos al ecuador del festival

Estas dos últimas jornadas han sido de lejos las mejores de lo que llevamos de festival. Entre sus proyecciones se han podido ver propuestas de gran calidad.

Sin duda, una de las películas de este este festival será "Only God Forgives", de Nicolas Winding Refn, la nueva colaboración del director danés con el canadiense Ryan Gosling, después de su anterior -y no menos magistral- "Drive". Refn factura la que es su mejor obra hasta la fecha, una propuesta de pura catarsis cinematográfica en donde su excepcional sentido de la narración y su planificación milimétrica vuelven a acompañarse de un apartado técnico sobrenatural, destacando por méritos propios la magníifca banda sonora de Cliff Martínez y la gloriosa dirección de fotografía de Larry Smith ("Eyes Wide Shut"). Curiosamente este último aspecto no es la única cosa que este filmn tiene en común con la obra de Kubrick, ya que al igual que en otras propuestas anteriores de Refn, se nota muchísimo la infleuncia que el director británico ejerce sobra el danés, tanto en su uso sumamente expresivo del encuadre como su visión clásica del montaje. De hecho, en este sentido se pueden trazar fácilmente paralelismos con obras como la citada "Eyes Wide Shut" u otras de Kubrick como "El Resplandor", sin olvidarnos de comentar que también tiene reminiscencias de la obra de Suzuki, sobre todo en lo referente a su temática y situaciones. Por último, cabe decir que el reparto actoral vuelve a estar a una gran altura, con Kristin Scott Thomas interpretando un papel alejado de lo que es habitual en ella y un Ryan Gosling consagradísimo como uno de los mejores de su generación. Obra maestra.

Otra película simplemente descomunal es la nueva sinfonía visual que nos regalan Hélène Cattet y Bruno Forzani en "L'étrange couleur des larmes de ton corps". Si en su primera y también magistral "Amer" los directores belgas se servían de los códigos visuales y argumentales del giallo italiano aderezados con un gran uso del montaje métrico de Eisenstein, en esta nueva propuesta vuelven a repetir con el giallo pero esta vez acercándose a los postulados más vanguardistas de autores franceses como Chris Marker o Alain Resnais, pudiendose establecer un claro paralelismo con una obra tan rompedora y única como "El Año Pasado en Marienbad". No es esta una película en la que importe mucho el argumento, sino que más bien se trata de experimentar intensamente la manera como este se desarrolla, cargando las tintas sobre todo en su parte más sensorial. A ello ayuda una banda sonora magistral, en donde abundan las composiciones recuperadas de Ennio Morricone o Bruno Nicolai, así como un realmente impactante trabajo de dirección de fotografía a cargo de Manuel Dacosse. Sin duda, Cattet y Forzani se consagran como unos de los mejores directores del panorama actual, más aun teniendo en cuenta su joven edad. Maravillosa película.

Otra plano fuerte de estos días lo ofreció de nuevo la sección Seven Chances, en donde se recuperó "Il Deserto dei Tartari", una absoluta obra maestra que firmo Valerio Zurlini en 1976. Adaptación de la novela homónima de Dino Buzzati, en ella se narra la experiencia vital de Giovanni Drogo, destinado en una fortaleza perdida en medio de la nada en la que, junto a otros militares, verá pasar su vida mientras espera a que algún día les ataque el enemigo y pueda así obtener la tan ansiada gloria. Este film contiene incontables valores que la hacen una de las grandes propuestas de su época, ya que a su argumento de gran calado emocional y humanista, en donde su atmósfera cargada de nostalgia existencialista la acerca a otras obras maestras como "Muerte en Venecia" (Luchino Visconti), hay que anadirle una fotografía portentosa a cargo del maestro Luciano Tovoli, una música de gran lirismo compuesta por Ennio Morricone y un reparto descomunal en el que -entre otros- incluye a intérpretes de la talla de Vittorio Gassman, Giuliano Gemma, Helmut Griem, Philippe Noiret, Jacques Perrin, Francisco Rabal Francisco Rabal, Fernando Rey, Jean-Louis Trintignant y Max von Sydow. Una maravillosa obra de obligado visionado.

Una de las gandes sorpresas de esta edición ha sido "We Are What We Are", de Jim Mickle, remake de la homónima producción mejicana de Jorge Michel Grau que se basa en la idea argumental de esta para construir algo netamente diferente y muchísimo mejor. Liberada de la anecdótica coartada social de la original, Mickle se lleva la historia de esta familia canibalista al terreno del protoretrato de la américa profunda, aludiendo a una inventada liturgia ancestral con ciertas reminiscencias lovecraftianas. Lo mejor esta obra, además de su muy pulido apartado técnico y el magnífico trabajo realizado en la dirección de actores, es la elegante y a la vez contenida dirección que imprime Mickle, director que ya demostró su talento en anteriores películas como "Stakeland". En esta, el autor estadounidense crea una atmósfera realmente opresiva conseguida a través del relato costumbrista de la vida de esta familia, omitiendo de manera inteligente ciertos detalles de la trama para que el espectador se implique aun más con el desarrollo de la sicologia de los personajes, posibilitando así una experiencia de visionado más rica y activa. A todas luces una de las joyas de este Sitges.

En la sección Noves Visions pudimos ver al fin el esperado documental "Milius", trabajo de Joey Figueroa y Zak Knutson que repasa la vida y obra de este mítico guionista y director americano. Sin duda, es una obra de gran cinefilia que hará las delicias de todo el que tenga un mínimo de interés por la figura de esta importantísima personalidad de la historia del cine, alguien que ha contribuido de manera decisiva en algunas de las mejores películas que se hayan hecho nunca. Técnicamente es un trabajo sencillo, sin muchos alardes, totalmente entregado a su causa y que cuenta con la participación de entrevistados de lujo como Spielberg, Lucas, Scorsese, Pollack, Coppola o Harrison Ford, entre otros. Entrañable, emocionante y rebosante de amor por el séptimo arte.

En el terreno del cine puramente comercial, ayer pudimos ver "Machete Kills", la esperada secuela del film de Robert Roriguez, de nuevo dirigida por este. De ella poco hay que decir además de destacar que es más loca y divertida que la primera, con cameos de lujo (Banderas, Gooding Jr, Lady Gaga), un villano de altura (Gibson) y un progresivo giro hacía el género fantástico realmente agradable. Delirante y sumamente entretenida, un buen homenaje a la serie B de acción violenta.

Por último, comentar que también hemos visto "A Field in England", lo nuevo del director de culto Ben Wheatley. No es ni mucho menos una película redonda ni compensada, pero cabe destacar que contiene diversos puntos de interés que la hacen caer simpática al espectador. Por ejemplo su indefinición genérica, mezcla de drama, comedia, fantasia surreal y relato de época, un cóctel muy especial que viene además acompañado de un muy buen trabajo de sonido y momentos de destacable belleza visual (en blanco y negro). Tiene muchos números para acabar siendo una pequeña película de culto, sobre todo como uno de los estandartes de un nuevo tipo de cine indie británico con marcado carácter artie.

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