Atómica

David Leitch 2017 EEUU

Atómica, sudor y sangre en la guerra fría

El cine de acción y de superhéroes suele asociar con figuras masculinas la figura del héroe fuerte, poderoso e imbatible. Por eso la gran pantalla necesita más personajes femeninos de este tipo, que se conviertan en nuestros referentes y con ello ayuden a hacer posible un mundo más igualitario. En ese sentido, parece que la industria hollywoodiense se ha dado cuenta de esto y ha sabido -como siempre hace- ver un modelo de negocio en él: si la Mamba Negra de "Kill Bill" (Quentin Tarantino, 2003) sirvió para asentar las bases iniciadas por la Ripley de "Alien" (Ridley Scott, 1979), este año siguen la senda "Wonder Woman" (Patty Jenkins, 2017) y la presente "Atómica".

Dirigida por David Leitch, futuro director de la secuela de "Deadpool" (Tim Miller, 2016), "Atómica" está también inspirada en una novela gráfica, en este caso de Anthony Johnson, pero a diferencia de la anterior, su propuesta esta libre de todo sarcasmo e ironía. Nos relata la historia de Lorraine Broughton, una espía británica que viaja Berlín pocos días antes de que caiga el muro, para recuperar una lista con los nombres de los agentes encubiertos que trabajan en el Berlín Oriental. Una trama de espionaje que anula y supera con creces -en peso que no en calidad- todo lo remarcable de la película, pues acaba resultando tediosa y arrítmica, además de previsible en su manido esquema de espía espiado, del que no se apea en ningún momento.

La película cuenta con secuencias memorables, como la que sucede en el interior de un piso durante el transcurso de una manifestación, una de las escenas de acción mejor filmadas de la década. También destaca la escena lésbica, convertida casi en el principal reclamo publicitario de la película, pese a que casi no se rueda. Una escena que ayuda a definir la bisexualidad del personaje, algo poco común en el cine mainstream. Por desgracia, debido a la densidad narrativa de una historia que carece de interés y originalidad, estos momentos acaban convirtiéndose en anecdóticos.

En el ámbito actoral, como no, destaca por encima de todos Charlize Theron, único pilar que sostiene la película e impide que se derrumbe. Su implicación se palpa constantemente, actuando ella misma el 90% de las escenas de acción. Por su parte, James McAvoy sirve de contrapunto excéntrico ideal para la protagonista. En cuanto a John Goodman, resulta de lo más injustificado verlo relegado a un papel secundario e insignificante.

En definitiva, "Atómica" es una versión femenina de Jason Bourne, incluso más fría y carente de impacto emocional. Protagonizada por una mujer fuerte, marcada por su oficio, que genera más curiosidad que empatía. Pero esto no es suficiente para aguantar su historia, ni aun contando con temazos de los 80 en su banda sonora.

Carlos Murcia Sánchez